Contingente es todo aquello que puede ser o no ser: un evento, un objeto, un sujeto o una acción contingente es algo que no es seguro ni necesario. Aristóteles oponía "contingente" a "necesario", noción que fue recogida en la Edad Media por Tomás de Aquino, para quien el ens contingens (el mundo, el ser humano) se opone al ens necessarium (Dios).
El ser contingente es aquél que no es por sí, sino por otro. Así pues, puede ser y no ser, no es necesario que sea. Éste no es el caso de Dios, cuya existencia para Tomás de Aquino es necesaria: Dios no puede no existir, dado que es el ser necesario.
Posteriormente, Leibniz usó la distinción entre contingente y necesario para mostrar la diferencia entre verdades de hecho (referidas a asuntos que pueden ser o no ser) y verdades de razón (que son necesarias).
De ahí que las proposiciones o enunciados contingentes puedan ser verdaderos o puedan ser falsos. Un enunciado contingente no necesita ser verdadero ni necesita ser falso. La negación de un enunciado contingente, no supone caer en contradicción. En cambio la negación de un enunciado necesario es contradictoria.
Posteriormente, Leibniz usó la distinción entre contingente y necesario para mostrar la diferencia entre verdades de hecho (referidas a asuntos que pueden ser o no ser) y verdades de razón (que son necesarias).
De ahí que las proposiciones o enunciados contingentes puedan ser verdaderos o puedan ser falsos. Un enunciado contingente no necesita ser verdadero ni necesita ser falso. La negación de un enunciado contingente, no supone caer en contradicción. En cambio la negación de un enunciado necesario es contradictoria.
2 comentarios:
La entrada es correcta.
Ángeles vista tu perfecta definición, creo que todos somos contingentes, pero tú eres necesaria.
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